“No se trata solo de migrantes: se trata de no excluir a nadie; se trata de poner a los últimos en primer lugar”.  El Papa Francisco enfatiza que “Jesucristo nos pide que no cedamos a la lógica del mundo, que justifica el abusar de los demás para lograr nuestro beneficio personal o el de nuestro grupo: ¡primero yo y luego los demás! En cambio, el verdadero lema del cristiano es ‘¡primero los últimos!’. En la lógica del Evangelio, los últimos son los primeros, y nosotros tenemos que ponernos a su servicio”.Papa Francisco.

 

Desde la Pastoral de Movilidad Humana recibimos con beneplácito la noticia de los 181 carnets expedidos a favor de 181 personas migrantes que se encontraban en situación irregular y que ahora tendrán, al menos, acceso a un permiso de trabajo que les facilite un proceso de integración social y económica en Panamá y esperamos que antes de finalizar los dos años de vigencia de este permiso, puedan darse cambios en el marco legal migratorio de modo que se les permita transitar a un permiso de permanencia que les brinde mayor estabilidad, porque si han accedido a este permiso especial, es claro que lo hacen porque no califican a ningún otro dentro de la amplia gama de permisos que establece la ley actual.

Sin embargo, en el Centro de Acompañamiento Integral para personas Migrantes y Refugiadas, Hogar Luisa, no atendemos personas con el perfil que se requiere para acceder a este permiso especial debido a que el 99.9% de las personas que nos visitan diariamente, forman parte de un sector de población muy vulnerable, social y económicamente hablando, personas que diariamente tienen que decidir entre pagar el alquiler o comprar alimentos. No tienen la capacidad de acceder a un proceso de regulación migratoria tan costoso como el de protección temporal que se ofrece. (Los costos de documentación ascienden a $950 fuera de los costos de representación legal.)

Desconocemos si las autoridades de gobierno llevaron a cabo alguna medición o diagnóstico socioeconómico a esas 250 mil personas migrantes en situación irregular que informan que se encuentran en el país, pero estamos seguros de que ese permiso especial de protección no protege a la población que diariamente atiende el Hogar Luisa, con lo cual sólo nos queda hacer el llamado a las autoridades para que también se atienda la situación humanitaria de estas personas.

Como dice el Papa Francisco, "se trata de no dejar a nadie atrás".

De igual forma creemos posible que futuros cambios en el marco regulatorio de las migraciones en Panamá pueden y deben contemplar medidas para que los fondos que generan estos trámites puedan distribuirse de tal manera que contemplen la creación de programas estatales de asistencia humanitaria y apoyo a la integración de población en especiales situaciones de vulnerabilidad, como es el caso de la población con necesidad de protección internacional (refugiados), siguiendo un modelo de subsidiariedad en el cual, aquellos migrantes que tengan mayor capacidad económica, puedan apoyar programas de ayuda a sus iguales con menor capacidad o en situación de vulnerabilidad.

Jorge Ayala

Secretario Ejecutivo PMH Panamá

Créditos de Imagen: fotografía de PMH tomada en una Feria de Servicios en la Basílica Don Bosco en la que la organización hermana CASALAT brinda asesoría migratoria gratuita.